sábado, febrero 18, 2006

Ya eran más de las 7 (2ª entrega)

A pesar de todas las cosas en la que tenía que pensar el lento traqueteo del tren hizo que se durmiera.

El hombre seguía en el andén, pero su expresión había cambiado, ahora sonreía levemente.
Seguirle hasta allí no había sido tarea fácil y menos aún hacer que sintiera la necesidad de comprar aquel billete y abandonar el lugar. Ahora ya estaba hecho, tal vez él pensara que el sitio elegido era un sitio al azar, pero estaba muy equivocado, su plan acababa de ponerse en marcha, era la única forma de hacerlo.

Nemesio despertó lentamente deslumbrado por los rayos de sol que se colaban por las rendijas de la cortinilla.
Eran las nueve de la mañana llevaba casi dos horas en aquel camarote, y aún no sabía cual era su destino. Empezó a sentir cierta curiosidad, así que rebuscó en el bolsillo de su chaqueta y sacó el billete.
Oviedo, ese era su destino, -curioso- pensó, -nunca había estado allí. Al menos lo conocería-. Esto le hizo pensar en el futuro, pero no pudo olvidar el pasado, aquel hombre de la estación le era vagamente familiar, pero no se había percatado de ello hasta ahora, estaba demasiado nervioso como para fijarse en los detalles en aquel momento. Era el mismo hombre que había acudido a su oficina hace tan solo 2 dias, no podía olvidar aquella mirada, había algo familiar en ella.
Recordaba el día en que entró por la puerta de su despacho en busca de un crédito, aunque como pudo comprobar instantes después aquello solo fue una escusa para llegar hasta él. Nada más cerrarse la puerta su expresión cambió, se puso serio y las palabras que salieron de su boca le cortaron la respiración.
-“Estás en peligro, si no abandonas este lugar en pronto puedes resultar gravemente herido”
-”¿Me está amenazando?, vayase de aquí o llamaré a seguridad”
-”No se ponga nervioso, es lo peor que puede hacer, no le estoy amenazando solo le estoy poniendo sobre aviso, -y bajando la voz hasta casi un susurro- su vida peligra”
-”¿Puede explicarme que le lleva a decir eso?, no he recibido ninguna amenaza.”
-”Escúcheme no tengo mucho tiempo, tengo que irme de aquí antes de que descubran que me he reunido con usted, así que si quiere seguir mi consejo y salvar su vida diríjase a la estación de tren más cercana y compre un primer billete al azar, tome el tren y no aparezca por aquí en un tiempo, tome llévese esto con usted. Le será de ayuda, sabrá el momento de usarla.”-acto seguido sacó una cajita de madera de su abrigo, tallada a mano y con unas extrañas formas en la tapa. Se levantó y se fue.

Autor: Lisu

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