martes, febrero 21, 2006

Ya eran más de las 7 (3ª entrega)

La cajita yacía encima del escritorio, esperando que alguien la arropara, en silencio, todo se había quedado en silencio.
Nemesio no sabía que hacer con aquello, la cogió y por un momento se olvidó de las palabras de aquel viejo loco, sin duda tenía que estarlo. La abrió lentamente, esperando que en cualquier momento sucediera algo, no sabía el qué. Finalmente la caja reveló su secreto, una moneda: Un peso mexicano.


Toda esta historia por un peso mexicano metido en una cajita, pues menuda tontería. -pensó Nemsio-. Y la dejó encima de la mesa.
Sé pasó el resto de la mañana dándole vueltas al asunto del viejo, una caja, un peso y una amenaza, esta última palabra se quedó resonando en su mente, poco a poco se fue apagando.... pero no del todo.
Eran las dos y media. El banco estaba a punto de cerrar, así que recogió sus cosas y se fue a comer. Siempre hacía lo mismo, se despedía de la gente y salía por la puerta principal para luego girar a la derecha y dirigirse a su casa. Se encontraba tirando de la puerta cuando se percató de la cajita, la había olvidado, sin saber exactamente por qué, soltó la puerta y dando media vuelta se dirigió a su despacho a por ella. Lo que pasó inmediatamente después es difícil de explicar, un sonido estremecedor, cristales rotos, gente gritando...una bomba.
El artefacto de baja potencia tan solo había dañado algunos cristales y había dejado algo dañada la fachada principal del edificio. ¡Él hubiera estado ahí en ese momento si no se hubiera acordado de la cajita! -fue lo único que Nemesio alcanzó a pensar.-
Entre la confusión llegó a su despacho, y se guardó el regalo del viejo. Salió del banco, muerto de miedo, y lo primero que hizo fue girar a la izquierda, y puso rumbo a la estación. Algo había cambiado en su vida.


Alguien observó la escena con el rostro medio tapado desde un lugar próximo, y sonreía con satisfacción.

Autor: Lisu

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